El mundo financiero es gobernado por reglas muy específicas, por lo mismo es fundamental conocer en qué consiste la ética financiera y comercial.
El dinero está en todas partes: en nuestras billeteras, en los bancos, en las empresas, en contratos e incluso circulando entre algunos procesos en ocasiones desconocidos por muchos. Este dinero errante es sometido a veces a inversiones para mantener activa la economía, entre otras razones. Pero el mundo financiero no se limita solo a ese dinero: también es gobernado por los precios establecidos, a veces pactados entre puertas cerradas, en servicios y productos.
Es por estos y otros casos que el concepto de ética comercial y financiera se ha tornado tan potente en la mayoría de las economías y mercados contemporáneos. ¿En qué consisten exactamente?
¿Qué son la ética comercial y la ética financiera?
Para entender bien la diferencia entre estos dos conceptos, hay que ceñirse al calificativo que determina a cada uno: el comercio y el sistema financiero.
Ética comercial
Se define como «comercio» a toda actividad en la que se realiza un intercambio de bienes y servicios por otros bienes y servicios entre una o más partes. Actualmente, esta actividad se limita especialmente al cambio de bienes y servicios por dinero.
El comercio es posible por la división del trabajo, la especialización laboral y las variadas fuentes de recursos. En este escenario, el dinero ha logrado simplificar algunos problemas propios de los intercambios comerciales, por ejemplo, el de asignar valor a estos.
Por ende, la ética comercial es la disciplina que estudia lo correcto y lo incorrecto en el comercio en general, la conducta humana guiada por la virtud y la moral, y que no perjudique directamente a otros seres humanos mientras se realizan intercambios comerciales. Se relaciona directamente con la ética empresarial, que se ciñe de forma más estricta a prácticas morales en el ámbito de las empresas.
Un ejemplo en el que se involucra la ética comercial es en el de la colusión de empresas.
Ética financiera
Por su parte, el sistema financiero es, de acuerdo con el sitio de la Memoria Chilena, «el conjunto de instituciones e instrumentos que participan del mercado financiero bajo determinadas normas y regulaciones con el fin de captar y colocar fondos monetarios entre ahorrantes e inversionistas». Así, el principal propósito del sistema financiero es el de captar los excedentes de los ahorradores y dirigirlo a prestatarios, públicos o privados, en busca del equilibrio económico.
A su vez, el Ministerio de Hacienda define al mercado financiero como «al área de mercados en que se oferta y se demanda dinero, instrumentos de crédito y acciones al momento de su emisión (mercado primario) o en sus posteriores etapas de intermediación financiera (mercado secundario)». Los bancos, por ejemplo, juegan un rol esencial en el mundo financiero.
Joan Melé, referente de la Banca Ética en Europa, señala que “a veces nos olvidamos que los bancos no tienen dinero, sino que gestionan nuestro dinero, por lo tanto, invertimos y no sabemos o no nos preguntamos qué harán con nuestro dinero”. Este es un claro ejemplo de la importancia de la ética financiera.
Así, la ética financiera es la disciplina que busca entender las comportamientos correctos e incorrectos, apuntando a no perjudicar a otros ciudadanos, en el plano financiero.
Un ejemplo en el que se involucra la ética financiera es el del financiamiento irregular de campañas políticas.
La ética guiando al gerente de recursos humanos
Es importante que un gerente de recursos humanos conozca estos dos conceptos éticos, ya sea desempeñándose en el mundo financiero o en el sector comercial, esto porque es fundamental que la toma de decisiones esté guiada por los códigos y las normas éticas legales que establece el país.
Dos razones principales subyacen esa idea:
- El gerente debe conocer al revés y al derecho las regulaciones y leyes con el fin de evitar transgredir el código chileno y, en consecuencia, comprometer a la empresa, a los trabajadores involucrados y a sí mismo.
- El gerente debe estar guiado en su actuar por un código ético que trascienda a las meras leyes y que esté enfocado en el bien general del ser humano, evitando así acciones que franqueen ciertas barreras legales que podrían ser beneficiosas para sí pero muy perjudiciales para otros.